Redacción .- La coalición de derechas que gobierna Italia liderada por la primera ministra Giorgia Meloni, comprobará hoy y mañana su fuerza casi cuatro meses después de llegar al poder, en unas elecciones en dos regiones clave, Lacio (centro) y Lombardía (norte), pero en medio de una mínima participación. Roma, 12 de feb
La derecha concurre unida y sin fisuras para mantener el control de Lombardía, motor industrial y económico del país, y de paso conquistar el Lacio, importante por albergar la capital nacional y que lleva gobernado por la izquierda desde 2013.
Un objetivo fijado apenas cuatro meses después que la alianza conservadora, formada por los ultraderechistas Hermanos de Italia de Meloni, la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi alcanzara el Gobierno en las generales de septiembre.
Ahora, casi trece millones de italianos -5 en Lacio y 8 en Lombardía- han sido llamados a las urnas en unos comicios que no acabaron de caldear un clima electoral de campaña y que han sido organizados durante dos días para favorecer la participación.
Además, los colegios electorales permanecerán abiertos casi todo el domingo, desde las 7.00 hasta las 23.00 horas locales (6.00-22.00 GMT), y mañana cerrarán a las 15.00 horas (14.00 GMT) para empezar justo después con el escrutinio de las papeletas.
Aún así, los últimos datos oficiales ya demuestran un -por ahora- escaso seguimiento. Al mediodía (11.00 GMT), en Lacio había votado el 7,49 % de los electores, frente al 17,35 % que lo hizo a esa misma hora en los comicios anteriores, en 2018.
Y lo mismo ocurre en Lombardía, donde solo el 9,20 % del censo había depositado su voto al mediodía, frente al 19.91 % de las últimas elecciones.
«Son unas elecciones importantes por lo que espero que la participación sea adecuada tratándose de dos regiones estratégicas para nuestra nación. Vayan a votar», instó la primera ministra romana a su llegada a su colegio electoral asignado.
La llamada a la participación llegó también de parte del resto de líderes, como el del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), Giuseppe Conte, que avisó que «quedarse en casa» y no votar es «no es bueno para la democracia».
La jefa de Hermanos de Italia es consciente de que estos comicios supondrán un primer termómetro político desde su llegada al Gobierno del país, la primera mujer en hacerlo. Y la mayoría de las encuestas pronostican un triunfo derechista en ambas regiones.
Esto porque, mientras la derecha compite unida, el centro y la izquierda, aún rendidos tras las generales, no han conseguido sumar fuerzas y confluir en un único candidato.
En Lombardía la derecha apuesta por el presidente saliente, Attilio Fontana, encargado de capear la pandemia cuando la región se convirtió en el primer foco occidental del coronavirus.
La oposición, el Partido Demócrata (PD) y M5S, logró acordar un candidato común, el exconcejal milanés Pierfrancesco Majorino, pero el centrista Terzo Polo apoyará a Letizia Moratti, antigua delfina de Berlusconi y vicepresidenta regional hasta que en 2022 abandonó la derecha.
En el Lacio, los conservadores se presentarán de nuevo unidos en el apoyo al expresidente de Cruz Roja Italiana Francesco Rocca, mientras que la división entre los partidos del centroizquierda será aún mayor que en la otra región.
Y es que el PD y el M5S han acabado proponiendo candidatos distintos: el consejero de Sanidad, Alessio D’Amato, y la periodista Donatella Bianchi, respectivamente.
Otro aspecto importante de estas elecciones será si el partido de Meloni, el más potente de la coalición desde las generales, se convierte en hegemónico en Lombardía, histórico feudo de la Liga de su socio Salvini.
En este contexto, la principal formación de oposición, el PD, sigue ensimismada en su proceso de «refundación», una exigencia dada las últimas derrotas electorales, y el próximo 26 de febrero celebrará unas primarias para dotarse de una nueva dirección.
/EFE